Trabajando como profesora y, como cantante de un grupo de gospel, nunca había tenido ningún problema relacionado con la voz hasta que el año pasado me diagnosticaron disfonía (micronódulos). Todo ello supuso una conmoción en mi día a día. Gracias a las clases prácticas y continuadas de técnica vocal, los micronódulos han ido desapareciendo. Eso sí, considero que se trata de un trabajo de concienciación a nivel físico y emocional, de asimilación y entrenamiento constante: con pocas clases no es suficiente. Realmente, estoy muy contenta de los resultados obtenidos y, por supuesto, infinitamente agradecida a Èvic Formación